“Crimen y Castigo”

Esta es mi primera y espero mi única experiencia en la cárcel, por suerte y gracias a la vida que tuve antes de este evento, aprendi a sobrellevar mis dias y a buscar que hacer, una de esas actividades es este blog, y otra es la lectura, leo casi todo lo que me llega a las manos hasta las etiquetas de la caja de leche, casualmente hace par noches me prestaron el Libro: CompasiónEl florecimiento supremo del amor escrito por Osho, hoy quiero poner aquí un estracto de esta obra que concidero de inmensa ayuda y clarificación, el siguiente extracto aplica realmente a mi experiencia y a la de muchos otros detenidos alrededor del mundo, me atrevo a decir que esta es la pura verdad.

Los dejo en palabras de Osho:

…”Nadie necesita la pena de muerte y nadie la merece. En realidad, ni la pena de muerte ni ningún otro castigo están bien, porque el castigo no cura a nadie. El número de criminales aumenta día a día; cada día se construyen más cárceles. Es extraño. No debería ser así.
Debería ocurrir todo lo contrario, porque con tantos tribunales y tantos castigos, y tantas cárceles debería haber menos crímenes y menos criminales. Con el tiempo, debería disminuir el número de cárceles y juzgados. Pero no está sucediendo. Esto se debe a un error de planteamiento. No se puede usar el castigo para enseñar a la gente. Vuestros juristas, vuestros expertos en leyes y vuestros políticos han estado diciendo desde hace siglos: «Si no castigamos a la gente, ¿cómo vamos a enseñarles? Todo el mundo empezará a cometer delitos. Tenemos que castigarlos para que tengan miedo». Creen que el
miedo es la única forma de enseñar, ¡y el miedo no es en absoluto forma de enseñar nada a la gente! Lo que se consigue con el castigo es que la gente se familiarice con el miedo de manera que ya no existe el sobresalto inicial. Ahora saben lo que les puede pasar: «Como mucho me vas a azotar. Y si otra persona lo puede aguantar, yo también.’ Además, de cien ladrones solo puedes atrapar a uno o dos. Si ni siquiera puedo arriesgarme a eso, teniendo un noventa y ocho por ciento de probabilidades de éxito, ¿qué clase de hombre soy?».
Nadie aprende nada del castigo. Ni siquiera la persona que está siendo castigada aprende lo que quieres que aprenda. Sí, aprende algo: aprende a endurecerse. En cuanto alguien va a la cárcel, la cárcel se convierte en su casa porque allí encuentra gente con una mentalidad muy parecida a la suya. Allí encuentra su verdadera sociedad.
Cuando estaba fuera era un extraño, pero en la cárcel está en su mundo. Todos hablan su mismo idioma y además son expertos. Es posible que tú seas un aficionado o un aprendiz y este sea tu primer curso.
He oído contar una historia sobre un hombre que va a la cárcel y ve descansando en la oscura celda a un viejo. El viejo le pregunta: «¿Cuánto tiempo te toca estar aquí?». El recién llegado responde: «Diez años». El viejo le dice: «Entonces puedes quedarte cerca de la puerta. ¡Solo diez años! Pareces un aficionado. A mí me toca estar aquí cincuenta años, así que quédate cerca de la puerta. Pronto estarás fuera». Pero cuando pasas diez años con expertos aprendes todas sus técnicas, estrategias y métodos. Aprendes de su experiencia. Descubrirás que las cárceles son una especie de
universidad donde se enseña a delinquir a expensas del gobierno. Encontrarás profesores de crimen, decanos, vicerrectores y rectores de la facultad del crimen… personas que han cometido todos los crímenes que puedas imaginar. Sin duda, el recién llegado empieza a
aprender.
He estado en muchas cárceles y en todas ellas la atmósfera era esencialmente la misma.
El denominador común de todas las cárceles y prisiones que he visitado es que lo que te lleva a la cárcel no es el crimen, sino que te atrapen. De manera que tienes que aprender la forma
correcta de hacer las cosas que están prohibidas. No es cuestión de hacer cosas buenas, sino de hacer de forma correcta lo que está prohibido. Y en la cárcel todos los presos aprenden la
forma correcta de hacer lo que está prohibido. He hablado con presos que decían: «Estamos ansiosos de salir porque hemos aprendido tanto, que queremos ponerlo en práctica. Solo nos
falta el aspecto práctico, antes de que nos cogieran todo era conocimiento teórico, pero necesitas que la sociedad de la cárcel te enseñe la parte práctica».”…

Osho (1931-1990) ha sido descrito por el Sunday Times de Londres como «uno de los 1.000 artífices del siglo XX» y por el Sunday Mid-day (India) como una de las Diez personas (junto a Gandhi, Nehru y Buda) que ha cambiado el destino de la India. En una sociedad donde tantas visiones religiosas e ideológicas tradicionales parecen irremediablemente pasadas de moda, la singularidad de Osho consiste en que no nos ofrece soluciones, sino herramientas para que las personas las encuentren por sí mismas.
Para mas información puede visitar la web www.osho.com
Los textos arriba transcritos son de propiedad de Osho International Foundation y todos sus derechos estan Reservados.

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